EL RECICLADOR URBANO

Carlos Briganti, un imprescindible
Huertero de profesión, contagiador de sueños y defensor de la agroecología –entre muchas otras cosas– es una de las personas que suman y le hacen bien a este mundo. 

Cuando te levantes un domingo pensando que si los humanos seguimos así para el 2050 en el mar va a haber más plástico que peces; que el 41% de las especies de insectos está al borde de la extinción; que Argentina es el país que más glifosato utiliza per cápita –10 litros por habitante– y 107 de esos plaguicidas que usamos están prohibidos en el mundo; que un estudio científico realizado en 20 niñas y niños de Dique Chico, una localidad cordobesa, determinó que el 100% tiene daños genéticos provocados por la fumigación con agrotóxicos… Cuando por todo esto  y más tengas un agobio y una angustia que te pese en el cuerpo, sientas que el mundo ya no tiene arreglo y que la raza humana –por nuestro propio accionar– está condenada a la extinción, ese día, metete en Instagram, buscá a @elrecicladorurbano y ponete a mirar su vivo. Te va a hacer volver a creer en la humanidad, en que la vida es hermosa y que todavía estamos a tiempo de revertir todo el daño que le generamos al Planeta, y por ende, a nosotras y nosotros mismos. Y si te levantaste otro día que no era domingo con esa angustia existencial/medioambiental, ponete a ver cualquiera de sus videos que vas a obtener el mismo resultado.

Este mago exorcizador de angustias no es un gurú espiritual ni un coaching ontológico. Se llama Carlos Briganti, es huertero y está revolucionando las terrazas, los balcones y las veredas de toda CABA. Y domingo a domingo, a las 11 hs., por su Instagram hace un vivo de una hora, donde va contestando las consultas que le hace la gente, va mostrando las frutas y verduras que tiene plantadas en su terraza de 60 M2 y te va a enseñando a compostar, a hacer plantines, a almacenar agua desclorada, a reconocer y combatir de forma natural las plagas, a guardar las semillas y, lo más importante, te va a mostrar cómo en pleno corazón de cemento, como es CABA, es posible desarrollar tu propia huerta urbana agroecológica o aún mejor, es posible hacerla junto a las y los vecinos de tu cuadra, en la vereda.

El proyecto surgió hace 12 años atrás cuando, sin gastar nada y juntando cosas que encontraba en la calle, como gomas de autos, cajones de frutas, tachos de pintura de 10 y 20 litros, potes de yogur, botellas de bebidas para los plantines, Briganti armó su paraíso verde y agroecológico en la terraza de su PH en el barrio de Chacarita. Como las ganas son contagiosas, poco a poco se fue acercando gente a su terraza para compartir, potenciar y multiplicar sus ganas y su visión agroecológica en plena selva de hormigón y cemento. Y las ganas fueron creciendo y expandiéndose a otros barrios como Villa Ortúzar, Coghlan, Parque Chas, La Paternal, Floresta, entre otros, y hoy ya son 25 zonas donde se encuentran desplegadas estas iniciativas huerteras en las veredas. Cada domingo en su vivo Briganti, principal referente de los colectivos Reciclador Urbano y Acción Huerta Urbana, recibe mensajes de diferentes personas que quieren replicar este emprendimiento en sus barrios.

Briganti no para. Tiene elaborados varios proyectos para mejorar y hacer más habitable la vida en la Ciudad. Uno es plantar árboles de palta en las veredas para que la gente pueda tomar sus frutos ricos en sabor y en nutrientes. Otro es hacer huertos en las plazas, para que las niñas y niños puedan ir con sus escuelas y aprender el funcionamiento de las huertas. Cómo y cuándo regar, cuándo plantar qué cosa, cómo hacer compost, reconocer los insectos que llegan atraídos por la variedad y riqueza de esas plantaciones, aprender sobre las mariposas, la abejas y su rol fundamental e imprescindible en la polinización y en el desarrollo de los cultivos. Ya implementaron las composteras barriales comunitarias donde los vecinos pueden llevar sus residuos orgánicos… y cientos de cosas más, porque la naturaleza es una fuente infinita de conocimiento y asombro. 

Pero hay más. En medio de la pandemia del COVID-19, Briganti y su colectivo reciclador acaban de abrir la primera Escuela de Huerta Urbana Agroecológica de la Ciudad. Se llama “La Margarita”, y está ubicada en Solís 1286, Constitución, en un terreno cedido por la murga Les Verdes de Monserrat que decidió colaborar con la causa y, además, aprender a reciclar. Las clases se brindan de forma virtual –dado el escenario de pandemia– los sábados de 10 a 12 hs., duran un cuatrimestre y ya se encuentran cursando más de 250 personas. “Este año la escuela va a contar con la primera camada de educadores ambientales”, cuenta Briganti sonriendo, como siempre. 

Además de lechugas, espinacas, puerros, apios y remolachas de las plantas de su terraza y de las veredas intervenidas por las y los vecinos hay otros brotes que también se pueden ver germinar y crecer, como el amor, la colaboración, la empatía, las ganas, el empuje y la conciencia agroecológica de todo ese gran grupo de gente.

Por eso, cuando te digan que no se puede cambiar el mundo, vos deciles que tienen razón, que el mundo no va a cambiar. Quienes podemos hacerlo, somos las personas que habitamos en él. Somos nosotras y nosotros quienes podemos ayudar a cambiar el mundo.