Una iniciativa que busca la prevención de incendios forestales


En esta oportunidad, ante la crisis climática y la situación actual en materia de incendios forestales, queremos contarles sobre la campaña “Una chispa menos, un incendio menos”, propuesta por la gente de Amigos de la Patagonia. Allí, un grupo de voluntarios capacitados y comprometidos con la protección del medio ambiente desarrollan una actividad en el ingreso a los senderos Arrayanes y Lago Moreno, en San Carlos de Bariloche, con el objetivo de promover la concientización acerca del cuidado ambiental, la preservación de las reservas naturales, y la prevención de incendios.

 

 

Esta actividad se da en el marco de una nueva edición de Alerta Patagonia (una campaña que se realiza todos los veranos para la prevención de incendios forestales) con objetivo es promover desde la acción, la enseñanza a turistas y visitantes de los senderos acerca del cuidado de nuestros bosques, entregándoles panfletos con ilustraciones y consejos básicos, bolsas compostables para que puedan volver con sus residuos; y, a los fumadores, se les entrega colilleros de cartón reutilizables, que les permite poner las colillas de cigarrillos evitando desechos, o posibles focos.

 

 

Desde sus redes sociales, Amigos de la Patagonia, nos recuerda que el 95% de los incendios que se generan en bosques son causados por la acción humana, por lo que es urgente la acción y colaboración para la prevención. Aconsejan evitar hacer fuego, y en caso de hacerlo, siempre en zonas autorizadas y preparados, usar garrafas, y asegurarse de apagar bien todo. Por último, en caso de visualizar una columna de humo, llamar al 911.

 

 

Lamentablemente, en los últimos años alrededor del mundo se ha visto un incremento de incendios forestales a causa del cambio climático combinado con la acción humana, donde altas temperaturas, materia orgánica seca y fuertes ráfagas de vientos pueden contribuir a una rápida propagación del fuego. Tal es el caso de la Patagonia argentina, que en los meses de enero y principios de febrero de este año, se desencadenaron varios focos de incendio que arrasaron con los bosques nativos, y con ello, toda su flora y fauna.

 

 

Por un lado, el incendio más complicado se dio en el Parque Nacional Los Alerces, que lleva aproximadamente un mes de actividad, ya consumió más de 8.000 hectáreas (un equivalente a 6.000 manzanas). Si bien, el incendio está controlado, se activaron protocolos de prevención y se evacuaron cientos de vecinos de las zonas. A la fecha, tras la baja de temperaturas, hay sectores que se encuentran en “fase de control” y otros en estado “detenido”, por lo que los especialistas siguen trabajando.

 

En cuanto a las causas, aún se investigan, pero se presupone que fue intencional por cómo se dieron los focos. Por otro lado, en simultáneo se desató otro incendio en el Parque Nacional Nahuel Huapi, puntualmente en el Brazo Tristeza, el cual estuvo un poco más de una semana activo quemando al menos 600 hectáreas. Al momento, se sospecha que este incendio no fue intencional, pero sí se considera que fue por negligencia, ya que se trata de una zona restringida, en donde solo se puede acceder a través del lago; además, circularon fotos de una embarcación y una fogata a la orilla del cerro donde se originó el siniestro.

Por último, en los primeros días de febrero, un incendio se inició por la acción de un rayo, que fue controlado rápidamente dentro del Parque y Reserva Nacional Nahuel Huapi, en Estancia Fortín Chacabuco, una propiedad privada dentro de ese espacio natural ubicada a varios kilómetros al norte de Bariloche, informó este domingo la Administración de Parques Nacionales. Estos tres casos, son un reflejo de lo señalado anteriormente:  el 95% de los incendios forestales son producto de la acción humana. 

Desde nuestro espacio, nos parece importante colaborar en la concientización y difusión para la prevención de posibles siniestros, por lo que les compartimos la iniciativa de los chicos de Amigos de la Patagonia, y les recordamos que un bosque incendiado puede tardar hasta 200 años en recuperarse. Por eso, cuidemos nuestros bosques: ¡Una chispa menos, un incendio menos!

Soledad Salvucci