Valoremos el agua

[vc_row][vc_column css=».vc_custom_1616687251109{padding-right: 100px !important;padding-left: 100px !important;}» offset=»vc_hidden-xs»][vc_empty_space][vc_column_text]El agua es un bien escaso: más de 2 mil millones de personas en todo el mundo no tienen garantizado el acceso a este elemento fundamental para la vida. En Wall Street el agua ya cotiza como “bien  escaso” y su precio a futuro es definido por financistas y especuladores profesionales. La mala gestión de recursos hídricos y su deficiente distribución son devastadoras para las poblaciones más pobres, anulando no sólo su acceso a la salud y una vida en condiciones dignas, sino también sus posibilidades de desarrollo.[/vc_column_text][vc_empty_space][vc_column_text]El informe 2020 Agua para todos, agua para la vida, de las Naciones Unidas es desalentador respecto al desarrollo y distribución de los recursos hídricos en el Mundo: “Todas las señales parecen indicar que la crisis empeora –señala- y que continuará haciéndolo, a no ser que se emprenda una acción correctiva. Se trata de una crisis de gestión de los recursos hídricos, esencialmente causada por la utilización de métodos inadecuados.” 

“La verdadera tragedia de esta crisis es su efecto sobre la vida cotidiana de las poblaciones pobres, que sufre el peso de las enfermedades relacionadas con el agua, viviendo en entornos degradados y a menudo peligrosos, luchando por conseguir una educación para sus hijos, por ganarse la vida y por solventar sus necesidades básicas de alimentación.” 

“De todas las crisis, ya sean de orden social o relativas a los recursos naturales con las que nos enfrentamos los seres humanos, la crisis del agua es la que se encuentra en el corazón mismo de nuestra supervivencia y la de nuestro planeta”, concluye el informe de Naciones Unidas. [/vc_column_text][vc_empty_space][vc_single_image alignment=»center» image=»9912″][vc_custom_heading text=»“Valoremos el Agua”, el lema elegido por Naciones Unidas para este año.» font_container=»tag:h2|font_size:12px|text_align:center» google_fonts=»font_family:Open%20Sans%3A300%2C300italic%2Cregular%2Citalic%2C600%2C600italic%2C700%2C700italic%2C800%2C800italic|font_style:400%20regular%3A400%3Anormal» css=».vc_custom_1616684811403{padding-top: 10px !important;}»][vc_empty_space height=»80px»][vc_custom_heading text=»¿Quién da más?» font_container=»tag:h2|font_size:32|text_align:center» google_fonts=»font_family:Playfair%20Display%3Aregular%2Citalic%2C700%2C700italic%2C900%2C900italic|font_style:700%20bold%20regular%3A700%3Anormal» css=».vc_custom_1616685730424{padding-bottom: 30px !important;}»][vc_column_text]La noticia pasó casi desapercibida. Cuando hacia fines de 2020 se divulgó que el agua comenzaba a cotizar en la Bolsa de Wall Street, la mayoría teníamos otros asuntos más urgentes de qué ocuparnos. 

Con una pandemia global inédita en la historia sometiendo a los sistemas de salud de los países desarrollados, forzando largas cuarentenas y golpeando bolsillos y estados de ánimo de forma generalizada, poco interés quedaba para reflexionar sobre un “asunto de hombres de negocio”. 

Un artículo de esos días publicado por El Diario, de España, explica que “el agua disponible se está convirtiendo en más escasa. La demanda, además, sube. Tener acceso es cada vez más valioso, lo que lo convierte en un bien codiciable. Y eso abre la puerta a la especulación.»

“¿Por qué aparece una cotización sobre el uso del agua? Se trata de adquirir o desprenderse del derecho a utilizar determinado volumen dentro de un tiempo. Da información sobre un recurso escaso», explica Gonzalo de la Cámara, investigador principal sobre economía del agua en el Instituto Madrileño de Estudios Avanzados. 

De la Cámara entiende que los problemas de agua aumentarán por lo que, en el futuro, habrá que gestionar ese riesgo. La escasez va a existir, «gestionarla de manera sostenible medioambientalmente es el objetivo», analiza.”

El economista advierte que la crisis climática implica una falta de agua, y que éste será uno de los grandes problemas de la humanidad en todo el planeta: 17 países que suman el 25% de la población mundial ya atraviesan «un estrés hídrico extremo». Las extracciones de agua en todo el mundo se han duplicado desde 1960 por el crecimiento de la demanda. Casi 2 mil millones de seres humanos están amenazados por la escasez del agua. 

No parece lo más inteligente dejar en manos de especuladores profesionales la decisión de ponerle precio al agua. La última de las crisis globales antes de la Pandemia fue ocasionada por la Gran Burbuja Inmobiliaria en 2009 que se propagó por todo el mundo.

 No se aprecia el valor del agua hasta que se seca el pozo. Así reza un viejo proverbio inglés.[/vc_column_text][vc_empty_space height=»80px»][vc_custom_heading text=»“Un vaso de agua no se le niega a nadie”» font_container=»tag:h2|font_size:32|text_align:center» google_fonts=»font_family:Playfair%20Display%3Aregular%2Citalic%2C700%2C700italic%2C900%2C900italic|font_style:700%20bold%20regular%3A700%3Anormal» css=».vc_custom_1616685723601{padding-bottom: 30px !important;}»][vc_column_text]El acceso al agua es un derecho humano desde 1977, consagrado internacionalmente en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, la Convención sobre los Derechos del Niño y la Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer. Tienen jerarquía constitucional a partir de su incorporación en el artículo 75 inciso 22 de la Constitución Nacional. 

Sin embargo, un informe de 2009 del CELS El acceso a agua segura en el Área Metropolitana de Buenos Aires, señalaba que “habría en el GBA más de 3,3 millones de personas que no cuentan  con  agua  potable  de  red (…) mientras en la Ciudad de Buenos Aires habría menos de un 1% de la población sin este servicio, en la zona norte ascendería a un 15% y en las zonas oeste y sur la cantidad de personas sin agua potable de red llegaría a representar un 44 y 32%. Por su lado, todos los partidos del GBA registran altos porcentajes de población sin acceso. (…) Las zonas sin alta cobertura de agua potable tienden a coincidir con aquellas donde se registran los mayores índices de pobreza”.

La desigualdad es un problema de nuestro tiempo, y el agua no es la excepción: mientras algunos no tienen, otros derrochan. En todo el mundo cada persona usa en promedio unos 300 litros de agua potable para beber, asearse, lavar la ropa y el auto y regar las plantas, entre otros usos. En Buenos Aires el consumo se duplica: según cifras oficiales, cada porteño utiliza más de 600 litros a diario.[/vc_column_text][vc_empty_space][vc_row_inner padding_size=»no-padding»][vc_column_inner padding_size=»no-padding» width=»1/2″ css=».vc_custom_1616685496541{padding-right: 50px !important;}»][vc_column_text]«Buenos Aires tiene una fuente de agua privilegiada, que es el Río de la Plata», explica en un artículo de bbc.com Adriana Lauro, Directora de Relaciones Institucionales de Agua y Saneamientos Argentinos SA (AySA), la empresa pública que distribuye el fluido en la capital y algunas zonas metropolitanas. “Donde algo abunda no se lo valora tanto», afirma. 

Un encargado de edificio consume unos 570 litros de agua cada media hora que “baldea” un tramo de vereda porteña.[/vc_column_text][/vc_column_inner][vc_column_inner padding_size=»no-padding» width=»1/2″][vc_single_image alignment=»center» image=»9925″][/vc_column_inner][/vc_row_inner][vc_empty_space height=»70px»][vc_custom_heading text=»Agua en Buenos Aires» font_container=»tag:h2|font_size:32|text_align:center» google_fonts=»font_family:Playfair%20Display%3Aregular%2Citalic%2C700%2C700italic%2C900%2C900italic|font_style:700%20bold%20regular%3A700%3Anormal» css=».vc_custom_1616685701929{padding-bottom: 30px !important;}»][vc_column_text]Muchas de las ciudades más importantes del mundo crecieron a lo largo de las orillas de ríos o mares, como Londres, París, Barcelona, Nueva York, Calcuta o Shanghai. Buenos Aires no es la excepción. Lo que la diferencia es que crece de espaldas al río. 

Hubo un tiempo en el que cientos de miles de argentinos podían ir a pasar el día a la costa del Río de la Plata, en los dos importantes balnearios populares que se construyeron hace más de cien años. Pero en 1975 las autoridades de la Ciudad de Buenos Aires firmaron la Ordenanza Municipal N° 32.716 que prohibía el acceso al río. La decisión se tomó en secreto, casi no tuvo difusión: simplemente una mañana la costa amaneció sembrada de carteles que prohibían “terminantemente” ingresar al agua. 

Hoy no existe ni un paso directo al río. A todo lo largo de la costa se amontonan escombros de las autopistas de la gestión militar de Cacciatore y de los atentados a la Amia y la Embajada de Israel. Aquí y allá, aparecen algunos espacios privatizados o en concesión. 

“Hubo una decisión más o menos explícita de que la contaminación del Río de la Plata se convirtiera en la excusa ideal para separar definitivamente el río de la Ciudad como objeto de esparcimiento, democratización y socialización”, señala, en un informe especial elaborado por el Equipo de Investigación de Perfil, Sergio Federovisky, Biólogo, Periodista Ambiental y Secretario de Control y Monitoreo Ambiental del Ministerio de Medio Ambiente de La Nación. 

“El río es un bien común que queda supeditado a las empresas contaminantes, a tal punto que el Río de la Plata es simplemente una postal que sólo disfrutan aquellos que tienen la posibilidad de vivir en una torre en Puerto Madero. Los gobernantes decidieron que el río sea un lugar de depósito de basura y muerte. Si existe la decisión política, se puede recuperar y no tengo dudas que la respuesta de la sociedad va a ser positiva”, concluye Federovisky, ganador de dos Martín Fierro por su programa «Ambiente y Medio» en La TV Pública. [/vc_column_text][vc_empty_space height=»80px»][vc_custom_heading text=»“Valoremos el Agua”» font_container=»tag:h2|font_size:32|text_align:center» google_fonts=»font_family:Playfair%20Display%3Aregular%2Citalic%2C700%2C700italic%2C900%2C900italic|font_style:700%20bold%20regular%3A700%3Anormal» css=».vc_custom_1616685715739{padding-bottom: 30px !important;}»][vc_column_text]Este 22 de marzo en la web de Naciones Unidas puede leerse lo siguiente: “Este año el Día Mundial del Agua trata de lo que significa el agua para las personas, su verdadero valor y cómo podemos proteger mejor este recurso vital. La forma en que valoramos el agua determina cómo se gestiona y se comparte. El valor del agua es mucho más que su precio: el agua tiene un valor enorme y complejo para nuestros hogares, la cultura, la salud, la educación, la economía y la integridad de nuestro entorno natural. Si pasamos por alto alguno de estos valores, corremos el riesgo de gestionar mal este recurso finito e insustituible”. 

Una de las formas de evaluar el grado de desarrollo de una sociedad es a partir de su relación con el agua y de los parámetros bajo los cuales la administra: una sociedad que domina el agua es una sociedad desarrollada, como lo ha enseñado la Historia. [/vc_column_text][vc_empty_space height=»60px»][wyde_separator text_align=»center» border_width=»2px» el_width=»100%» color=»#565656″][vc_custom_heading text=»FUENTES» font_container=»tag:h2|font_size:12|text_align:left» google_fonts=»font_family:Open%20Sans%3A300%2C300italic%2Cregular%2Citalic%2C600%2C600italic%2C700%2C700italic%2C800%2C800italic|font_style:400%20regular%3A400%3Anormal» css=».vc_custom_1616686016170{padding-bottom: 30px !important;}»][vc_row_inner padding_size=»no-padding»][vc_column_inner padding_size=»no-padding» width=»1/3″][vc_column_text]www.un.org
www.aguasresiduales.info
www.eldiario.es
[/vc_column_text][/vc_column_inner][vc_column_inner padding_size=»no-padding» width=»1/3″][vc_column_text]www.bbc.com
www.fundacionaquae.org
www.lavanguardia.com
[/vc_column_text][/vc_column_inner][vc_column_inner width=»1/3″][vc_column_text]www.cels.org.ar
www.perfil.com
www.scielo.org.mx

[/vc_column_text][/vc_column_inner][/vc_row_inner][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column offset=»vc_hidden-lg vc_hidden-md vc_hidden-sm»][vc_column_text]El agua es un bien escaso: más de 2 mil millones de personas en todo el mundo no tienen garantizado el acceso a este elemento fundamental para la vida. En Wall Street el agua ya cotiza como “bien  escaso” y su precio a futuro es definido por financistas y especuladores profesionales. La mala gestión de recursos hídricos y su deficiente distribución son devastadoras para las poblaciones más pobres, anulando no sólo su acceso a la salud y una vida en condiciones dignas, sino también sus posibilidades de desarrollo.[/vc_column_text][vc_empty_space][vc_column_text]El informe 2020 Agua para todos, agua para la vida, de las Naciones Unidas es desalentador respecto al desarrollo y distribución de los recursos hídricos en el Mundo: “Todas las señales parecen indicar que la crisis empeora –señala- y que continuará haciéndolo, a no ser que se emprenda una acción correctiva. Se trata de una crisis de gestión de los recursos hídricos, esencialmente causada por la utilización de métodos inadecuados.” 

“La verdadera tragedia de esta crisis es su efecto sobre la vida cotidiana de las poblaciones pobres, que sufre el peso de las enfermedades relacionadas con el agua, viviendo en entornos degradados y a menudo peligrosos, luchando por conseguir una educación para sus hijos, por ganarse la vida y por solventar sus necesidades básicas de alimentación.” 

“De todas las crisis, ya sean de orden social o relativas a los recursos naturales con las que nos enfrentamos los seres humanos, la crisis del agua es la que se encuentra en el corazón mismo de nuestra supervivencia y la de nuestro planeta”, concluye el informe de Naciones Unidas. [/vc_column_text][vc_empty_space][vc_single_image alignment=»center» image=»9912″][vc_custom_heading text=»“Valoremos el Agua”, el lema elegido por Naciones Unidas para este año.» font_container=»tag:div|font_size:10px|text_align:center» google_fonts=»font_family:Open%20Sans%3A300%2C300italic%2Cregular%2Citalic%2C600%2C600italic%2C700%2C700italic%2C800%2C800italic|font_style:400%20regular%3A400%3Anormal» css=».vc_custom_1616687654393{padding-top: 10px !important;}»][vc_empty_space height=»50px»][vc_custom_heading text=»¿Quién da más?» font_container=»tag:div|font_size:24|text_align:center» google_fonts=»font_family:Playfair%20Display%3Aregular%2Citalic%2C700%2C700italic%2C900%2C900italic|font_style:700%20bold%20regular%3A700%3Anormal» css=».vc_custom_1616687538900{padding-bottom: 30px !important;}»][vc_column_text]La noticia pasó casi desapercibida. Cuando hacia fines de 2020 se divulgó que el agua comenzaba a cotizar en la Bolsa de Wall Street, la mayoría teníamos otros asuntos más urgentes de qué ocuparnos. 

Con una pandemia global inédita en la historia sometiendo a los sistemas de salud de los países desarrollados, forzando largas cuarentenas y golpeando bolsillos y estados de ánimo de forma generalizada, poco interés quedaba para reflexionar sobre un “asunto de hombres de negocio”. 

Un artículo de esos días publicado por El Diario, de España, explica que “el agua disponible se está convirtiendo en más escasa. La demanda, además, sube. Tener acceso es cada vez más valioso, lo que lo convierte en un bien codiciable. Y eso abre la puerta a la especulación.

“¿Por qué aparece una cotización sobre el uso del agua? Se trata de adquirir o desprenderse del derecho a utilizar determinado volumen dentro de un tiempo. Da información sobre un recurso escaso», explica Gonzalo de la Cámara, investigador principal sobre economía del agua en el Instituto Madrileño de Estudios Avanzados. 

De la Cámara entiende que los problemas de agua aumentarán por lo que, en el futuro, habrá que gestionar ese riesgo. La escasez va a existir, «gestionarla de manera sostenible medioambientalmente es el objetivo», analiza.”

El economista advierte que la crisis climática implica una falta de agua, y que éste será uno de los grandes problemas de la humanidad en todo el planeta: 17 países que suman el 25% de la población mundial ya atraviesan «un estrés hídrico extremo». Las extracciones de agua en todo el mundo se han duplicado desde 1960 por el crecimiento de la demanda. Casi 2 mil millones de seres humanos están amenazados por la escasez del agua. 

No parece lo más inteligente dejar en manos de especuladores profesionales la decisión de ponerle precio al agua. La última de las crisis globales antes de la Pandemia fue ocasionada por la Gran Burbuja Inmobiliaria en 2009 que se propagó por todo el mundo.

 No se aprecia el valor del agua hasta que se seca el pozo. Así reza un viejo proverbio inglés.[/vc_column_text][vc_empty_space height=»80px»][vc_custom_heading text=»“Un vaso de agua no se le niega a nadie”» font_container=»tag:div|font_size:24|text_align:center» google_fonts=»font_family:Playfair%20Display%3Aregular%2Citalic%2C700%2C700italic%2C900%2C900italic|font_style:700%20bold%20regular%3A700%3Anormal» css=».vc_custom_1616687544853{padding-bottom: 30px !important;}»][vc_column_text]El acceso al agua es un derecho humano desde 1977, consagrado internacionalmente en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, la Convención sobre los Derechos del Niño y la Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer. Tienen jerarquía constitucional a partir de su incorporación en el artículo 75 inciso 22 de la Constitución Nacional. 

Sin embargo, un informe de 2009 del CELS El acceso a agua segura en el Área Metropolitana de Buenos Aires, señalaba que “habría en el GBA más de 3,3 millones de personas que no cuentan  con  agua  potable  de  red (…) mientras en la Ciudad de Buenos Aires habría menos de un 1% de la población sin este servicio, en la zona norte ascendería a un 15% y en las zonas oeste y sur la cantidad de personas sin agua potable de red llegaría a representar un 44 y 32%. Por su lado, todos los partidos del GBA registran altos porcentajes de población sin acceso. (…) Las zonas sin alta cobertura de agua potable tienden a coincidir con aquellas donde se registran los mayores índices de pobreza”.

La desigualdad es un problema de nuestro tiempo, y el agua no es la excepción: mientras algunos no tienen, otros derrochan. En todo el mundo cada persona usa en promedio unos 300 litros de agua potable para beber, asearse, lavar la ropa y el auto y regar las plantas, entre otros usos. En Buenos Aires el consumo se duplica: según cifras oficiales, cada porteño utiliza más de 600 litros a diario.[/vc_column_text][vc_empty_space][vc_row_inner padding_size=»no-padding»][vc_column_inner padding_size=»no-padding»][vc_single_image alignment=»center» image=»9925″][vc_empty_space height=»20px»][vc_column_text]«Buenos Aires tiene una fuente de agua privilegiada, que es el Río de la Plata», explica en un artículo de bbc.com Adriana Lauro, Directora de Relaciones Institucionales de Agua y Saneamientos Argentinos SA (AySA), la empresa pública que distribuye el fluido en la capital y algunas zonas metropolitanas. “Donde algo abunda no se lo valora tanto», afirma. 

Un encargado de edificio consume unos 570 litros de agua cada media hora que “baldea” un tramo de vereda porteña.[/vc_column_text][/vc_column_inner][/vc_row_inner][vc_empty_space height=»70px»][vc_custom_heading text=»Agua en Buenos Aires» font_container=»tag:div|font_size:24|text_align:center» google_fonts=»font_family:Playfair%20Display%3Aregular%2Citalic%2C700%2C700italic%2C900%2C900italic|font_style:700%20bold%20regular%3A700%3Anormal» css=».vc_custom_1616687550883{padding-bottom: 30px !important;}»][vc_column_text]Muchas de las ciudades más importantes del mundo crecieron a lo largo de las orillas de ríos o mares, como Londres, París, Barcelona, Nueva York, Calcuta o Shanghai. Buenos Aires no es la excepción. Lo que la diferencia es que crece de espaldas al río. 

Hubo un tiempo en el que cientos de miles de argentinos podían ir a pasar el día a la costa del Río de la Plata, en los dos importantes balnearios populares que se construyeron hace más de cien años. Pero en 1975 las autoridades de la Ciudad de Buenos Aires firmaron la Ordenanza Municipal N° 32.716 que prohibía el acceso al río. La decisión se tomó en secreto, casi no tuvo difusión: simplemente una mañana la costa amaneció sembrada de carteles que prohibían “terminantemente” ingresar al agua. 

Hoy no existe ni un paso directo al río. A todo lo largo de la costa se amontonan escombros de las autopistas de la gestión militar de Cacciatore y de los atentados a la Amia y la Embajada de Israel. Aquí y allá, aparecen algunos espacios privatizados o en concesión. 

“Hubo una decisión más o menos explícita de que la contaminación del Río de la Plata se convirtiera en la excusa ideal para separar definitivamente el río de la Ciudad como objeto de esparcimiento, democratización y socialización”, señala, en un informe especial elaborado por el Equipo de Investigación de Perfil, Sergio Federovisky, Biólogo, Periodista Ambiental y Secretario de Control y Monitoreo Ambiental del Ministerio de Medio Ambiente de La Nación. 

“El río es un bien común que queda supeditado a las empresas contaminantes, a tal punto que el Río de la Plata es simplemente una postal que sólo disfrutan aquellos que tienen la posibilidad de vivir en una torre en Puerto Madero. Los gobernantes decidieron que el río sea un lugar de depósito de basura y muerte. Si existe la decisión política, se puede recuperar y no tengo dudas que la respuesta de la sociedad va a ser positiva”, concluye Federovisky, ganador de dos Martín Fierro por su programa «Ambiente y Medio» en La TV Pública. [/vc_column_text][vc_empty_space height=»80px»][vc_custom_heading text=»“Valoremos el Agua”» font_container=»tag:div|font_size:24|text_align:center» google_fonts=»font_family:Playfair%20Display%3Aregular%2Citalic%2C700%2C700italic%2C900%2C900italic|font_style:700%20bold%20regular%3A700%3Anormal» css=».vc_custom_1616687556315{padding-bottom: 30px !important;}»][vc_column_text]Este 22 de marzo en la web de Naciones Unidas puede leerse lo siguiente: “Este año el Día Mundial del Agua trata de lo que significa el agua para las personas, su verdadero valor y cómo podemos proteger mejor este recurso vital. La forma en que valoramos el agua determina cómo se gestiona y se comparte. El valor del agua es mucho más que su precio: el agua tiene un valor enorme y complejo para nuestros hogares, la cultura, la salud, la educación, la economía y la integridad de nuestro entorno natural. Si pasamos por alto alguno de estos valores, corremos el riesgo de gestionar mal este recurso finito e insustituible”. 

Una de las formas de evaluar el grado de desarrollo de una sociedad es a partir de su relación con el agua y de los parámetros bajo los cuales la administra: una sociedad que domina el agua es una sociedad desarrollada, como lo ha enseñado la Historia. [/vc_column_text][vc_empty_space height=»60px»][wyde_separator text_align=»center» border_width=»2px» el_width=»100%» color=»#565656″][vc_custom_heading text=»FUENTES» font_container=»tag:div|font_size:12|text_align:left» google_fonts=»font_family:Open%20Sans%3A300%2C300italic%2Cregular%2Citalic%2C600%2C600italic%2C700%2C700italic%2C800%2C800italic|font_style:400%20regular%3A400%3Anormal» css=».vc_custom_1616687673455{padding-bottom: 30px !important;}»][vc_row_inner padding_size=»no-padding»][vc_column_inner padding_size=»no-padding»][vc_column_text]www.un.org
www.aguasresiduales.info
www.eldiario.es
www.bbc.com
www.fundacionaquae.org
www.lavanguardia.com
www.cels.org.ar
www.perfil.com
www.scielo.org.mx[/vc_column_text][/vc_column_inner][/vc_row_inner][/vc_column][/vc_row]