Suelos sanos para una vida sana

Revista Ecomanía #23 – AÑO INTERNACIONAL DE LOS SUELOS

Los suelos requieren atención especial por ser un recurso natural no renovable fundamental para la seguridad alimentaria y las funciones esenciales de los ecosistemas. La falta de conciencia, información y responsabilidad sobre su gestión lo ha llevado a niveles críticos de degradación a partir de su aprovechamiento con diferentes fines agrícolas, forestales, pastorales, de urbanización y producción de alimentos y energía de una población en constante aumento. A raíz de esta problemática y con el propósito de concienciar y promover un uso más sostenible de este recurso casi olvidado, la ONU ha declarado el 2015 como «Año Internacional Del Suelo» (AIS) en su 68ª Asamblea General.

“Un centímetro de suelo puede tardar hasta 1.000 años en formarse, y con un 33 por ciento de todos los recursos mundiales de suelos degradados y la creciente acción del hombre, se están alcanzando unos niveles críticos que hacen que su correcta gestión sea un asunto urgente”. Así lo advertía José Graziano da Silva, Director general de la FAO (Organización para la Alimentación y la Agricultura de Naciones Unidas), en vísperas del 1° Día Mundial del Suelo, que se celebró el 5 de diciembre del año 2014. Los estudios realizados por dicha organización, estiman que la superficie mundial de tierra cultivable y productiva por persona equivaldrá en 2050 a sólo una cuarta parte del nivel de 1960 en el caso en que no se adopten iniciativas para que suceda lo contrario. Para ese momento se espera que la población mundial supere los 9.000 millones de personas lo que equivaldrá a un aumento de la demanda de alimentos y fibras que, sumado a la competencia de la demanda de otros usos, ejercerá una presión sin precedentes en muchos sistemas de producción agrícola.

 Los retos a los que se enfrenta la agricultura son producir, como mínimo, un 70 por ciento más de alimentos de aquí a 2050, mejorar la seguridad alimentaria y los medios de vida de las poblaciones rurales pobres, mantener los servicios ecosistémicos necesarios y conciliar el uso de la tierra y los recursos hídricos con otros usos. Estos retos deberán afrontarse junto con las consecuencias previstas del cambio climático cuando estas tengan un impacto negativo directo en la producción agrícola en casos como el recalentamiento, la aridez y los cambios en los regímenes de lluvias, así como la frecuencia y duración de los fenómenos extremos.

Actualmente, los datos sobre los tipos y distribución del suelo son de alcance limitado y están fragmentados por lo que su normalización y accesibilidad pasan a ser una de las prioridades más urgentes en la agenda de los organismos comprometidos con la preservación de los suelos.

Hasta el momento, la FAO ha implementado más de 120 proyectos en todo el mundo sobre la gestión de este recurso para combatir entre otros problemas, la desertificación. Una de sus iniciativas fue la creación de la Alianza Mundial por el Suelo con el apoyo de la UE y de la Convención de las Naciones Unidas. Como resultado de esta unión, se ha constituido el Fondo para Suelos Sanos a partir de la creciente necesidad de que los gobiernos protejan los suelos y hagan las inversiones necesarias.

En el marco de este Año Internacional del Suelo, se consolidó la Alianza Sudamericana por el Suelo donde expertos internacionales y representantes de diez países de Sudamérica trabajarán en conjunto para mejorar la cantidad y la calidad de los datos e información y así promover un manejo sostenible de este bien natural común. No hay que dejar de destacar que la situación en América Latina es una de las más críticas: el 14% de las tierras degradadas del mundo están allí y afecta a 150 millones de personas.

El objetivo está planteado, sólo queda un largo camino de trabajo, profundización y compromiso por parte de todos los organismos involucrados para establecer un sistema mundial de información para medir los progresos realizados que llevarán a la correcta gestión presente y futura de este recurso natural fundamental para la vida.

Objetivos específicos del Año Internacional de los Suelos 2015

· Conseguir la plena concienciación de la sociedad civil y los responsables de la toma de decisiones sobre la profunda importancia del suelo para la vida humana.

· Educar al público sobre el papel crucial que desempeña el suelo en la seguridad alimentaria, la adaptación y la mitigación del cambio climático, los servicios ecosistémicos esenciales, la mitigación de la pobreza y el desarrollo sostenible.

· Apoyar políticas y acciones eficaces para el manejo sostenible y la protección de los recursos del suelo. 

· Promover inversiones en actividades de manejo sostenible de la tierra para desarrollar y mantener suelos saludables para los diferentes usuarios de la tierra y grupos de población.

· Fortalecer iniciativas en relación con el proceso de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la agenda post-2015.

· Promover una mejora rápida de la capacidad para la recopilación de información sobre el suelo y la supervisión a todos los niveles (mundial, regional y nacional).

Mirá la revista acá

Más información: WWW.FAO.ORG

IMAGEN: www3.gobiernodecanarias.org