¡Green Drinks Buenos Aires cumplió 5 años!

EN AGOSTO, LA SUSTENTABILIDAD SE VISTE DE FIESTA

Para que una semilla pueda crecer, necesita caer en suelo fértil. De ahí que Green Drinks Buenos Aires –que había tenido una pequeña aparición en 2007– tuvo que esperar hasta el 2009 para poder germinar y desarrollarse por estas latitudes. Hoy, cinco años después, se pueden ver los frutos. Con más de 2.000 concurrentes, 150 oradores, y cerca de 40 temas tratados en torno al medioambiente y la sustentabilidad, sumado a la cada vez mayor afluencia de gente que mes a mes participa de las charlas, es acertado pensar que la conciencia ambiental ya está instalada en una porción considerable de la población. Y se instaló para quedarse.

“Desde nuestro lugar de organizadoras, claramente, vemos una evolución interesante entre hoy y hace cinco años: tanto los emprendedores como los asistentes a los encuentros llegan con proyectos e ideas sustentables más maduros. Los emprendimientos ganaron en profesionalismo, pasando del proyecto artesanal a una propuesta de diseño cualitativa”, reflexionan sus organizadoras, Ethel Bonnet-Laverge, parisina, Licenciada en Comercio Internacional en Francia, con especialización en Management y Desarrollo Sostenible, y Vanina Estrugo, Licenciada en Relaciones Públicas, Organizadora de Eventos y especialista en Comunicación Digital y Social Media, y luego, agregan: “Este mismo colectivo de gente representa el nuevo consumidor, más crítico a la hora de elegir los productos y servicios, y de actuar siguiendo esa misma línea”.

A quienes todavía no hayan oído hablar de estos encuentros, conviene explicarles que Green Drinks es una red internacional de reuniones de networking para personas involucradas o interesadas en temas de desarrollo sostenible. Estos eventos se realizan en más de 700 ciudades del mundo, con el objetivo de conectar a los distintos actores y así propiciar y facilitar sinergias, ideas y proyectos. En nuestro país, además de Buenos Aires, ya se llevan a cabo en las ciudades de La Plata, Rosario, Córdoba y Mendoza.

La versión porteña de estos encuentros, que nacieron en Inglaterra hace aproximadamente veinticinco años, se desarrolla los segundos martes de cada mes, de 19 a 21 hs., en bares o espacios culturales que pueden ir rotando. Aunque desde hace más de un año se vienen realizando de forma fija en El Quetzal, un bar de Palermo, que también funciona como espacio cultural y tiene abiertas sus puertas a la música, muestras de arte y fotografía, conciertos y puestas teatrales. Las charlas se desarrollan en un amplio salón con el que cuenta el lugar. Residuos, energías renovables, diseño y turismo sustentable, comercio justo, empresas sociales, cine ambiental, iniciativas verdes exitosas y productos orgánicos son algunas de las temáticas abordadas por los oradores invitados en las diferentes reuniones. Finalizadas las exposiciones, se abre un espacio de debate y preguntas con los concurrentes. Demás está decir que cualquier persona puede asistir a las charlas (lo único que tiene que hacer es inscribirse previamente por Internet).

Siempre conviene llegar un rato antes del horario de inicio del encuentro, ya que es durante el “pre” y el “post” donde la gente suele salir al patio para tomar y picar algo rico, intercambiar información, generar contactos, proyectos e, incluso, nuevas amistades con quienes poder compartir estos intereses e inquietudes verdes.

“¿Adónde llevás las botellas de plástico, vos?”, “¿y los sachets de leche?”, “Acabo de leer un libro muy recomendable, ‘Cómo los ricos destruyen el planeta”, de Herve Kempf”, “Nos estamos juntando para ver películas de ecología cada quince días, si querés venite”, “¿Se enteraron del concurso de cortos medioambientales?”, son algunas de las frases que se pueden escuchar mientras se recorre el patio sorteando los grupitos de gente que se van aglutinando, por aquí y por allá.

Tanto hay de cierto en la intención y el propósito de generar y tender nuevas redes, puentes, lazos profesionales y laborales entre las personas interesadas por esta conciencia verde que hasta a la misma Ethel, una de las dos organizadoras, quien había venido trabajando durante quince años por su cuenta, un habitué de los Green Drinks le propuso formar parte de su empresa de concientización ambiental, a la que ella se sumó a comienzos de 2011. “También fuimos testigos de varios emprendedores que empezaron a generar proyectos juntos después de conocerse en nuestros eventos”, cuenta Vanina.Ambas organizadoras son militantes activas de la sustentabilidad y les preocupa y ocupa el medio ambiente. “En casa reciclo todo lo que puedo, reutilizo las bolsas, trato de consumir menos y de segunda mano, como muy poca carne, compro productos reutilizables, preferentemente a negocios con conciencia ambiental, y ¡cocino!, lo que hace que utilice menos productos industriales con mayor huella ambiental”, explica Ethel. Mientras que Vanina es vegetariana desde hace más de diez años, y lleva una alimentación orientada al veganismo y al naturismo desde hace unos seis. “Esto hace que casi no consuma alimentos enlatados, gaseosas, galletitas ni golosinas. Prefiero los alimentos frescos y la comida casera. También separo la basura, trato de reducir al máximo la generación de residuos y de reutilizar todo lo posible. Llevo siempre mi bolsa de tela en la cartera. Intento hacer un uso responsable del agua, el gas y la electricidad”, comenta Vanina. Las dos coinciden en que la mejor forma –sino la única– de difundir y propagar la conciencia ecológica es a través del ejemplo.