El martes 8, Milo Lockett Bar nos abrió sus puertas para el Green Drinks Buenos Aires de agosto. En este encuentro celebramos nuestros 8 años hablando sobre el Agua, un desafío colectivo que requiere soluciones inspiradoras e innovadoras.

Contamos con las presentaciones de Mariale Álvarez, Gerente de Conservación de The Nature Conservancy Argentina, Gonzalo del Castillo, Coordinador General Economía Azul Argentina, Capítulo Argentino del Club de Roma y Nicolás Wertheimer, Cofundador de Proyecto Agua Segura.

¿Cómo pensar, entonces, la problemática del agua desde una perspectiva sustentable? ¿Qué proyectos están teniendo un impacto concreto y están cambiando la vida de miles de personas? Compartimos las experiencias y reflexiones que nos dejaron los oradores.

“Uno de los mayores desafíos es cómo lograr trabajar en proyectos de escala importante que logren cambiar la realidad y aportar soluciones. En la problemática del agua, esto se logra con trabajo conjunto del Estado, las empresas, el sector civil y las personas”

Así lo expresa Mariale Álvarez, Gerente de Conservación de The Nature Conservancy Argentina, una de las organizaciones más grandes que trabajan en la promoción del uso sustentable de los recursos, en gestión de cuencas hídricas y conservación del agua. En Argentina empezaron a trabajar en la Patagonia en 2008 y, en la actualidad, operan en todo el país. Sus propuestas están basadas en ciencia, siendo casi un 50% de los empleados, científicos.

¿Por qué agua? “Somos agua, nuestro cuerpo y nuestro planeta es fundamentalmente agua. Hay mil millones de personas con dificultad de acceso al agua y tres millones de muertes al año por enfermedades vinculadas a la falta de agua segura: es un problema de todos”, sostiene.

Desde The Nature Conservancy se trabaja en conjunto con las autoridades, el sector civil, las empresas y los usuarios en el manejo de cuencas, en definir las actividades que hay que hacer para asegurar que los ríos y/o cuencas puedan seguir proporcionando la cantidad, calidad y flujo de agua que se necesita para los próximos años. “Se inicia con un diagnóstico científico, se aplican herramientas, se trabaja para generar mecanismos financieros (fondos de agua) y se convoca a los actores para lograr un manejo consensuado”.

“En América Latina–continúa Álvarez- está mal distribuida: en algunos lugares hay mucha y se desperdicia y en otras escasea. América Latina es una de las reservas mundiales más importantes tanto en acuíferos, aguas superficiales y glaciares. A veces los que vivimos acá no tenemos conciencia y somos los primeros en no cuidar nuestros recursos hídricos”, concluye.

“El agua es un problema conceptual. Nos hemos escindido de la lógica del funcionamiento de los ecosistemas naturales.”

Para Gonzalo del Castillo, Coordinador General Economía Azul Argentina-Capítulo Argentino del Club de Roma–, “el agua es fundamentalmente un valor, no es un bien. Independientemente del sentido subjetivo que cada uno pueda darle, el agua vale per se. Hoy en día nuestras sociedades tratan al agua como un recurso útil para generar energía y alimentos. Y en realidad el agua, en tanto es fundamento para la vida, vale en sí mismo”.

Desde Movimiento Agua y Juventud van a las comunidades rurales en situación de vulnerabilidad de derechos donde no disponen agua y desarrollan proyectos de acceso a agua segura. Identifican tecnologías sencillas, como la instalación de molinos y cosecha de agua de lluvia, y luego potabilizan el agua y la distribuyen mediante distintos sistemas a los habitantes.

“Cuando satisfacemos ese derecho –nos dice—solucionamos un problema pero no generamos un cambio radical en la estructura mental que sigue imperando en la sociedad: las lógicas del funcionamiento siguen siendo las mismas”.

En este sentido, la economía azul planteada por Gunter Pauli sostiene que si emulamos el funcionamiento de los ecosistemas naturales vamos a estar actuando de manera ética per se, sin pensarlo. Los ecosistemas diversifican la vida y generan riqueza en términos de biodiversidad. El valor esencial es el valor de la vida.

“La revolución real que tenemos que dar como sociedad es empezar a modificar la idea de naturaleza como prestadora de recursos que nos sirven para determinados fines a empezar a pensarla como una mentora de la cual podemos aprender para desarrollar modelos de negocios”.

“Mucha gente no sabe lo que es el agua segura, hay que resolver el problema de base”.

Así lo sostiene Nicolás Wertheimer, Cofundador de Proyecto Agua Segura. “Soy médico y cuando me recibí no sabía qué hacer porque el guardapolvo blanco nunca me gustó. En el hospital no quería estar pero quería hacer algo. Busqué por internet y vi que había una solución concreta a la problemática del agua. Veía en los centros de salud que recorría en el interior del país que los chicos sacaban agua de cualquier lado y estaba verde y, después, en el hospital teníamos que darle antiparasitarios a toda la familia”.

Para Nicolás, en un principio, la problemática del agua eran las bacterias que encontraba en el agua. Pronto descubrió que la situación iba más allá y comenzó a reunirse con gente que ya se encontraba trabajando en soluciones específicas con un impacto medible. Entendió rápidamente que trabajando en conjunto iba a poder acercar agua segura a miles de personas que carecían de acceso al agua y saneamiento. Decidió contactarse con una empresa suiza y les propuso realizar talleres didácticos de salud y traer la tecnología existente a la Argentina con el fin de implementarla en escuelas rurales.

“Me junté con Julián Weich y creamos Proyecto Agua Segura, una marca que trabaja dando soluciones concretas y replicables a la problemática del agua. Hoy somos 15 personas en Buenos Aires y trabajamos en red con muchas organizaciones de la sociedad civil. Nos reunimos con distintos sectores, codiseñamos, conseguimos los fondos, hacemos la logística, vamos a todos los lugares que podemos con referentes que sepan como son las dinámicas de cada lugar, llevamos tecnología y trabajamos en centros donde la educación sea un pilar importantísimo”, concluye.

El encuentro nos invita a entender que la gestión del agua atraviesa a toda la sociedad en su conjunto siendo todos responsables y artífices del cambio. Desde la implementación de proyectos y políticas públicas hasta la creación de hábitos más sustentables, trabajando en red podemos sentar las bases para el cuidado de nuestra salud y del planeta.